Que nadie te obligue a perdonar
Hace unas semanas, en una sesión de terapia, una clienta me dijo: «estoy enfadada con mis padres por cómo me educaron. Creía que los había perdonado, pero ahora veo que no es así.»
Indagando un poco más en su respuesta, me contó que una de sus antiguas terapeutas la había animado a trabajar el perdón. Tenía que perdonar a sus padres para sentirse en paz consigo misma.
Algo parecido es lo que aseguramos frente a las criaturas: «venga, no llores y perdónale. Que no pasa nada.»
Y sí que pasa. Leer más