Tengo que pasar por el súper, el jefe hoy estaba de mala leche, tengo que comprar el libro que mi hija necesita para el cole, mañana me vendrá la factura del seguro, mi pareja está cambiando y no sé por qué, tengo que ordenar la casa, me gustaría escribir una historia, tengo que llamar a los del gas… Así, hasta el infinito. ¿Te suena?
Vivimos en nuestra cabeza. Dejamos que la mente divague entre la maraña de pensamientos que nos asaltan. Siempre hay cosas por hacer. Cosas en las que pensar. Vamos de un lado a otro haciendo mucho. Pero ausentes de lo que es realmente importante. Disfrutar de los árboles en tu paseo del trabajo a casa, jugar con tus hijos en el parque, una buena conversación con tu pareja, un delicioso plato de comida que has preparado. Cualquier experiencia que te produzca placer, felicidad o, sencillamente, sea agradable.
La solución pasa por conectarte con tus sensaciones. Con tu cuerpo. Porque el cuerpo no piensa: siente. Y, para ello, te propongo un ejercicio de bioenergética: el enraizamiento. Leer más